Al hilo de mi anterior post he podido mantener una interesante conversación con un compañero en la cual ha salido a la luz el problema de muchas empresas hoy: se genera bien pero se entrega tarde y mal porque faltan recursos.
Lógicamente cuando realizas una estrategia de expansión o símplemente una planificación de ventas debes basarte en los recursos de los que dispones y si estos no son suficientes debe evaluarse la viabilidad económica de cubrir esas necesidades de recursos, es decir, el vender por vender no vale, hay que analizar por un lado el margen de la venta y por otro los gastos estructurales en los que se puede estar incurriendo si por ejemplo se contrata a una persona o se inverte en la maquinaria necesaria.
La cuestión que se presenta es la siguiente: pongamos por ejemplo que para poder cubrir una necesidad de un cliente que supondría un fuerte empujón para nuestra cuenta de resultados, tenemos que adquirir una maquinaria que nos suponga un coste amortizable en 7 años (durando el proyecto del cliente 4 años, período en el cual dichos costes quedarían cubiertos con los ingresos del proyecto). ¿Habría que comprar la máquina? Es cierto que durante 4 años vamos a rentabilizar la inversión, sin embargo ¿qué pasará con los 3 siguientes? ¿Deberíamos amortizar a 4 años para analizar esta inversión? ¿Y si posteriormente podemos utilizar la máquina para futuros proyectos?
Todo este tipo de análisis se conoce como análisis diferencial de costes y supone un importante factor en la toma de decisiones de las compañías.
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