En estas fechas tan señaladas en las que los turrones, los árboles de navidad, los polvorones, el cava, las uvas y cientos de productos más hacen su particular "Agosto", me ha llamado especialmente la atención el caso de la Lotería de Navidad.
El sorteo por excelencia desde 1812, que este año repartirá cerca de 2.100 millones de euros en premios, resulta que como todos sabemos se vende tanto en las oficinas de Loterías y Apuestas del estado, como en quioscos, bares, restaurantes, comercios, etc. El caso es que me ha resultado excesivo el abuso que algunos comerciantes hacen al cobrar los décimos a cifras cercanas a los 25€, lo que supone que ellos ingresan 5€ fuera de todo control.
Si bien es cierto que este negocio, al igual que todos (a pesar de algunos casos de intervencionismo oscuro en ciertas compañías eléctricas...), se rige por la ley de la oferta y la demanda, también lo es que en estas fiestas la demanda suele estar bastante cegada por las numerosas bombillas de navidad dispuestas por las calles y paga cifras muy superiores a las que debería en las típicas compras navideñas, por eso debemos acudir al razocinio y evaluar la necesidad de fomentar este tipo de economía "paralela". Y es que este año son 22-25€, pero el siguiente serán 25-26€, ... y así hasta que alguien (¿quizás alguna Asociación de Consumidores?) interceda por evitar este tipo de comercio sumergido que de la mano, se coge el brazo.
A pesar de ello, ¡¡ Suerte para el día 22!!
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