Me he quedado sin la Wii

- “Disculpa, ¿tenéis la Wii de Nintendo?”
- “No, agotada”

Este diálogo parece ser el que más se da en las superficies comerciales en estos días de Navidad. El increíble tirón comercial de la Wii ha dado como resultado que esté agotada en todos los establecimientos que la venden en Madrid. Por segundo año consecutivo Nintendo ha conseguido ser el líder de ventas en la boyante campaña navideña, desbancando a rivales tan poderosos como Xbox 360º y la PlayStation 3. Pero ¿qué tienen la Wii y la DS para ser tan populares? Desde mi punto de vista su gran éxito es haber conseguido precisamente eso, ser populares en lugar de dirigirse al segmento de jugones de toda la vida.

• Por medio de los juegos sociales han incentivado el uso de la consola como alternativa de ocio en grupo o en familia, logrando que personas que jamás se habrían planteado jugar y mucho menos comprar una consola, lo están haciendo.


• Sus campañas de publicidad han sido acertadísimas, desde la que protagoniza Nicole Kidman que acerca el uso de la consola a las mujeres (hasta ahora la consola era un territorio mayoritariamente masculino), hasta la campaña de Wii en la que se ve cómo juegan con ella grupos de amigos, familias, etc. Ofreciendo la alternativa de juego en grupo, que no había sido explotada por sus competidoras hasta la fecha.


• Han sabido mantener un precio bajo desde el principio, lo que ha redundado en una compra constante de consolas. Por el contrario sus rivales han seguido una política de precios elevados al principio para después ir bajándolos progresivamente, ¿esto qué consigue? Que todo aquel que quiera una consola de nueva generación espere para ver si baja el precio.


• La calidad gráfica de los juegos deja bastante que desear, no obstante está alineado con la política de socialización de la videoconsola, ya que los “no jugones” valoran la jugabilidad por encima de la calidad gráfica. ¿Esto qué les permite? Sacar juegos más rápidamente y más baratos que su competencia.

En definitiva, que Nintendo ha conseguido reflotar en tan solo dos años gracias a una política de producto arriesgada (ha ido en contra de lo que el resto del mercado marcaba) pero clara y, sobre todo, apostando a muerte por ella desde todos los estamentos de la compañía. Este caso me recuerda al de Apple con la puesta en el mercado del iPod, y es que “Un buen producto puede cambiar el devenir de una compañía”. Tema aparte para futuros posts es el análisis de la segunda rotura de stock en dos años ¿mala planificación o situación controlada?